El dios Aqueloo era considerado en la mitología griega como una deidad que gobernaba sobre todos los ríos y las aguas que poblaban el mundo.
Aunque su nombre proviene principalmente del rio Aqueloo, y originalmente se había asociado a este dios con el nombre de dicho rio durante la época helenística en Grecia, en la mitología se le considera el gobernante de todas las otras deidades de los ríos.
A pesar de que no es especialmente conocido en nuestros tiempos, el dios Aqueloo, que se encontraba especialmente vinculado al agua y tenía algunas conexiones con el Inframundo, se consideraba como una de las figuras importantes que pueblan el panteón griego de dioses.
Las representaciones del Dios Aqueloo en la mitología griega
A pesar de que su origen se encuentra ya en la mitología etrusca, en Grecia se le consideraba una de las deidades de mayor importancia puesto que al ser el Dios de los ríos, se le vincula estrechamente con el agua dulce, que es la fuente de la vida y de los alimentos.
Debido a esto, sus seguidores invocaban al dios Aqueloo cuando realizaban juramentos o sacrificios y este dios hacía conocer su voluntad a través de los oráculos. Dado que se asociaba con la vida y el alimento, Aqueloo exigía sacrificios de alimentos y animales en su honor.
Curiosamente, a pesar de estas características, podríamos pensar que la forma que adopta este dios es la de algún elemento relacionado con los ríos o con el agua, pero lo cierto es que la representación más común para el Dios Aqueloo no es otra que la del toro, y esto se debe a sus orígenes etruscos.
En diferentes ocasiones, podremos ver al Dios Aqueloo representado como un hombre con cara de toro, o simplemente como un toro completo. Tal era la importancia de Aqueloo, que era habitual encontrar monedas en las ciudades que tuvieran un toro con cara de hombre en representación de este Dios.
Por supuesto, el toro no era la única forma del dios Aqueloo. También hay muchas piezas de arte que lo representan como un hombre joven con barba o un hombre de mayor edad de pelo grisáceo.
¿Cómo eran los representantes acérrimos del dios Aqueloo?
Durante la edad del Hierro, los representantes más importantes de esta deidad eran los mercenarios y videntes que tenían capacidades de sanación.
Estos representantes portaban un emblema del Dios Aqueloo que lo representaba con cara de toro.
El Mito de Hércules y Aqueloo en la Mitología Griega
Una de las historias más destacadas en la mitología griega es la lucha de Heracles y Aqueloo para llevarse la mano de Deyanira la hija del rey Eneo, el gobernante de Calydon.
El Dios Aqueloo había comenzado a cortejar a Deyanira, puesto que era una ninfa de rio, y acabaría enfrentándose a Hércules en una batalla para captar la atención de su pretendienta, a la que Hércules también estaba cortejando.
Aqueloo, para pedir la mano de su hija, tomó tres formas diferentes frente al rey Eneo. Primero, la forma de un toro, luego la de una serpiente de colores brillantes y finalmente la de un hombre con un rostro de buey con unas barbas que chorreaban agua.
Deyanira, horrorizada no solo ante las diversas formas del dios Aqueloo, si no a que, además, este tenía cierta unión con el Inframundo debido a que había ríos que conectaban la tierra con este, prefirió a Hércules como pretendiente. Así fue como comenzó la batalla de Aqueloo y Heracles.
Durante el enfrentamiento, Aqueloo se convirtió en un toro y en una serpiente y para combatirlo, Hércules le arrancó uno de los cuernos, obligando al dios a rendirse y a refugiarse en el río Toas, cuyo nombre cambió a Aqueloo en honor a la deidad.
Tras la batalla de Aqueloo y Hércules, este último se casó con Deyanira, poniendo fin así a la contienda.
Los descendientes del dios Aqueloo
Muchos historiadores y mitólogos consideran que el dios Aqueloo fue el padre de las sirenas de Terpsicore, Calíope o Melpómene, creadas a partir de la sangre que perdió cuando Hércules le arrancó el cuerno durante la batalla por obtener la mano de Deyanira.
Alcmeón era un dios hijo de Eriphyle y Amphiaraus, que después de perder una gran batalla, se refugió y encontró la paz en un lugar a lo largo del río Aqueloo. En el mismo rio, fue el dios Aqueloo el que ofreció a Alcmeón su hija Calíope para el matrimonio
Otros datos interesantes sobre la mitología de Aqueloo
Se dice que el dios Aqueloo perdió a una de sus hijas sirenas y que, en su inmenso sufrimiento y tristeza, decidió invocar a su madre Gea.
En el lugar en el que se produjo esta invocación, Gea hizo nacer un río llamado Aqueloo. Se dice que el río tenía voz de toro por la enorme bravura de sus aguas y forma de serpiente debido a las enormes curvas y cambios que esta muestra en su cauce.
De estas dos características provienen las formas más destacadas del dios Aqueloo.