El dios de la luz Éter en la mitología griega

Eter

El dios de la luz Éter, o también conocido como Aether, se encuentra dentro de las muchas deidades de la mitología griega, y representa el cielo como una de las deidades primordiales dentro de las antiguas creencias griegas.

El dios Éter era considerado uno de los tres dioses primordiales del aire y como la gran mayoría de deidades, Éter gobernaba sobre uno de los elementos de la naturaleza, lo que consideramos el cielo.

Vamos a ver la historia y el papel del dios Éter de la mitología griega.

La triada de los dioses primordiales del aire: Eter, Erebos y Caos

Como ya hemos dicho, el dios Éter era considerado el dios del cielo y según la mitología, tenía el dominio de la parte superior del cielo azul.

Las nieblas del dios Éter eran capaces de llenar el espacio entre las nieblas transparentes de la tierra y la cúpula sólida que formaba el cielo y se creía que este dios envolvía la luna, el sol, las estrellas, las nubes y los picos de las montañas más altas con su manto de aire.

Por tanto, los antiguos griegos consideraban que todas estas áreas eran el dominio del dios Éter mientras que otras partes de la Tierra caían en manos de la diosa Caos.

El dios Éter, junto con Caos y Erebos compartían el papel de las tres deidades primordiales del aire. El aire de la tierra estaba gobernado por la diosa primordial Caos, pero todo el aire por encima de éste era del dominio del dios Éter.

El último dominio del aire estaba gobernado por Erebos y se consideraba que era la niebla que existía en el inframundo.

Los orígenes del dios Éter

El dios Eter, a diferencia de otras deidades, no estaba personificado ni representado de ninguna forma corpórea (sin embargo, algunos artistas más modernos lo representaron), pero esto no le impedía que tuviera una historia, así como familia y relaciones con otros dioses.

Eter

De hecho, la diosa de la noche Nyx, se consideraba la madre de este dios y trabajaban juntos todos los días para crear el ciclo de noche y de día.

Los antiguos griegos justificaban el paso del día y de la noche afirmando que el cielo era una cúpula que encerraba la totalidad de la Tierra. Cada noche, Nyx corría su velo sobre esta cúpula para oscurecer la luz, bloqueando así los dominios del dios Éter durante unas horas.

Por la mañana, la mujer y hermana del dios Éter, Hemera dispersaba las nieblas de la noche para revelar de nuevo el cielo azul de su marido, el dios Éter.

Se decía que el dios Éter tenía una contrapartida femenina cuyo nombre era Etra que era considerada la madre de la luna y el sol, así como una de las Titanes que gobernaba los cielos despejados.

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Entre los hijos más conocidos del dios Éter y Hemera podemos encontrarnos con Thalassa, la diosa primordial del océano, y Gaia, la madre de la tierra, así como una infinidad de seres conocidos como Nephelaes, las ninfas de las nubes de la lluvia.

Los diversos mitos sobre el origen del dios Éter

Las historias sobre el origen del dios Éter y sus padres que podemos encontrar en la mitología griega son muy diversas. Por ejemplo, hay algunos relatos que afirman que el dios Éter era el hijo de Nyx y Erebos.

Y otro de los más destacados afirma que Cronos fue el padre del dios Éter, de Caos y de Erebos, y que era destacado por haber creado a la triada de los dioses del aire.

La importancia del dios Éter en la mitología griega

Como ya hemos visto, Éter es uno de los primeros dioses de la mitología griega y tiene el título de deidad primordial. A estos dioses se les considera que surgieron del vacío, de la nada, de lo que los griegos consideran el Caos.

Como era de esperar, el dios Éter no fue la única deidad que surgió del Caos, los padres de Éter, la oscuridad personificada por el dios Erebos y la noche, encarnada por la diosa Nyx.

Según la mitología, su hermana y esposa Hemera, regía los tiempos de los días y la luz, y como dato curioso, la palabra “Imera”, cuyo significado en griego es “día”, está creada así en honor a esta deidad.
Éter

El por qué de las tres deidades primordiales del aire

Es normal preguntarse por qué existen tres deidades que gobiernan el aire en esta mitología, puesto que en otras podemos encontrar a una sola que domina este elemento.

Pues bien, los antiguos griegos creían que existían tres tipos diferentes de aire para respirar, cada uno utilizado por diferentes seres.

El aire creado por la deidad primordial Erebos, era respirado por todas las criaturas del inframundo. El aire fabricado por Caos era destinado para todos los seres humanos y animales de la tierra, y el tercero, el aire fabricado por el dios Éter, estaba destinado a todas las demás deidades griegas.

El papel del dios Éter en el mundo

En la mitología griega, el papel de Éter no era precisamente sencillo. Este dios trabajaba duro cada día con su hermana Hemera, la cual creaba la luz cada mañana después de eliminar la oscuridad de la noche.

Con esta luz, el dios Eter pudo iluminar a los humanos para hacerles sentir la presencia de sus dioses y diosas.

Además de esto, el dios Éter también sirvió como protector para separar a los humanos y a los seres terrestres del Inframundo. Con su presencia era capaz de mantener tanto esta oscuridad como al señor de esta, lejos de los mortales y de su mundo.

El dios Éter y los otros dioses primordiales fueron amados y honrados por la humanidad antigua, pero no hay conocimiento actual ni pruebas de que haya habido templos dedicados a su servicio o rituales realizados en su honor.

Lo único que podemos asegurar es que, hoy en día, las leyendas del dios Éter se recuerdan siempre que miramos al cielo despejado.

 

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