La leyenda de Ícaro y Dédalo, parte de la mitología griega, narra la historia de un hábil arquitecto y su hijo. Dédalo construyó el laberinto de Creta para encerrar al temible minotauro, pero la desobediencia de Ícaro a las advertencias de su padre lo llevó a un vuelo trágico cerca del sol.
Esta historia nos enseña importantes lecciones sobre la ambición y la importancia de seguir consejos. El legado de Ícaro y Dédalo ha perdurado a través de los siglos y ha influido en la cultura y la literatura.
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