Aunque Agamenón no es especialmente conocido entre los más famosos héroes de la mitología griega, tuvo un papel muy importante durante la Guerra de Troya.
Y aunque hay figuras como Aquiles, Odiseo y Helena de Troya, que suelen ser el centro de la discusión en torno a esta feroz batalla, Agamenón fue uno de los personajes clave que ayudaron a inclinar la balanza de la victoria hacia el lado de los Griegos.
Mucha gente conoce el papel de este héroe sólo dentro de la Guerra de Troya, pero su historia es mucho más compleja de lo que normalmente se suele pensar. Agamenón no tuvo una vida precisamente sencilla, pues estuvo rodeado de personas que lo traicionaron y le hicieron daño.
Hoy vamos a contar quien era Agamenón y qué papel tuvo no sólo durante el conflicto troyano, si no durante el resto de la historia.
¿Quién fue Agamenón?
Agamenón era el rey de Micenas durante la etapa más conocida de su historia en el conflicto de la Guerra de Troya. Pero antes de ser rey, tuvo que sufrir bastantes penurias cuando aún era pequeño.
Era hijo de Atreo y Aerope, el rey y la reina de Micenas y tenía un hermano llamado Menelao. Mucho antes de que Menelao y Agamenón nacieran, su padre Atreo comenzó una batalla que se extendería durante varios años en contra de su propio hermano.
El tío de Menelao y Agamenón se llamaba Tiestes, y se trataba del hermano gemelo de su padre Atreo. La razón del conflicto fue que Tiestes y Aerope, la mujer de Atreo y madre de los hermanos Menelao y Agamenón, tuvieron una aventura amorosa.
Cuando Atreo se enteró de ello, mató a los hijos de Tiestes y se los dio de comer y este fue el comienzo del conflicto que se extendería durante tanto tiempo.
Tiestes tuvo otro hijo con su propia hija Pelopia, y se llamaba Egisto. Este juró vengarse de su padre y finalmente tuvo la oportunidad cuando Agamenón era sólo un niño.
Egisto acabó asesinando a Atreo y usurpando el trono de Micenas. Finalmente, Menelao y Agamenón, junto con su madre, no tuvieron más remedio que huir de la ciudad para refugiarse junto con el rey de Esparta.
El destino de Menelao y Agamenón
Menelao y Agamenón lograron encontrar la paz en Esparta y afianzar su vida en este lugar. Finalmente, con el beneplácito de su rey, ambos se casaron con las hijas de este.
Agamenón se casó con Clitemnestra y Menelao con Helena de Troya, la misma Helena que más adelante sería objeto del conflicto en la Guerra de Troya.
Clitemnestra y Agamenón tuvieron varios hijos: un varón cuyo nombre era Orestes y tres hijas, Ifigenia, Crisótemis y Electra. Tras la muerte del rey Espartano, Menelao asumió el liderazgo de la ciudad.
Sin embargo, Agamenón tenía asuntos pendientes en su ciudad natal, retomar el trono usurpado por el asesino de su padre. Con Menelao al frente de Esparta los dos hermanos volvieron a Micenas.
Lograron expulsar a su primo Egisto y a su tío Tiestes y finalmente, Agamenón reclamó el trono de Micenas y recuperó el reino de su padre.
La Guerra de Troya unió a los hermanos Menelao y Agamenón de nuevo
Cuando Paris de Troya rapta a Helena, la esposa de Menelao, con la ayuda de la diosa Afrodita, Menelao declara la guerra a los troyanos.
Así pues, su hermano Agamenón acepta ayudarle y empleará su ejército para luchar del lado de los aqueos. Después de reclutar a Odiseo, Agamenón y sus fuerzas parten de Aulis.
Pero cuando lo hacen se encuentran con la diosa Artemisa, la cual estaba extremadamente furiosa y trataría de ralentizar el avance de Agamenón y sus tropas.
Hay varias versiones de por qué Artemisa se enfurece: Algunos relatos dicen que es porque está enfadada con todos los hombres que van a la guerra. Otros afirman que su enfado proviene de cuando Agamenón mató a un animal que Artemisa apreciaba mucho.
Sea cual fuere el motivo, la diosa Artemisa desató una serie de desgracias sobre el rey de Micenas y sus tropas. La diosa detuvo el viento para evitar que los barcos se movieran y hizo que se desatase una terrible plaga que causaría tremendos estragos entre los guerreros.
La hija de Agamenón, Ifigenia, la clave para apaciguar a Artemisa
Todas estas desgracias impidieron a Agamenón proceder a Troya y ayudar a su hermano. Finalmente, el profeta Calcas informa a Agamenón de que la única manera de apaciguar a la diosa es sacrificar a su hija Ifigenia.
Lo que sucede a continuación varía de una narración a otra.
En algunos relatos, Ifigenia acepta voluntariamente su destino y es sacrificada. Sin embargo, hay otras versiones que dicen que Agamenón engañó a su propia hija diciéndole que se casara con el héroe Aquiles.
Otra versión menos cruenta dice que Agamenón ofreció a Ifigenia a la diosa Artemisa. Pero en lugar de matarla, la diosa aceptaría a un ciervo en su lugar. En lugar de sacrificarla, se la llevaría a la península de Crimea como ofrenda.
En cualquier caso, sin importar la versión de la historia, la hija de Agamenón es utilizada para apaciguar la ira de la diosa.
El papel de Agamenón durante la Guerra de Troya
Durante la guerra de Troya, Agamenón fue comandante en jefe del ejército griego y a pesar de que no es un luchador tan hábil como el héroe Aquiles, seguía siendo respetado entre griegos y troyanos.
Sin embargo, lo más importante es su contribución como estratega, puesto que, según Homero, Agamenón eliminaría a cientos de enemigos empleando sutiles estrategias de combate.
Gracias a sus magníficas habilidades como estratega, el rey Agamenón hace que la balanza se decline hacia los griegos.
La muerte de Agamenón
Después de que Aquiles cayera en la batalla y la guerra de Troya terminase, Agamenón regresa a su casa en Micenas, pero a diferencia de lo que él se esperaba, su retorno no sería un final de paz y felicidad.
A su llegada a Micenas, se da cuenta de que su esposa le ha sido infiel. Parecía que su destino estaba escrito, porque, al igual que su padre antes que él, la esposa de Agamenón tiene una aventura que desafía su posición como líder.
El hombre con el que Clitemnestra tiene una aventura no es otro que el primo de Agamenón, Egisto. Cuando Agamenón retornó a Micenas, se comenzó a lamentar de no haber eliminado a Egisto, y ese fue un error que pagaría extremadamente caro.
Clitemnestra y Egisto habían comenzado a conspirar para asesinar a Agamenón a su regreso.
Según Homero, la forma en la que estos hechos suceden es un poco ambigua. En algunas historias se dice que Egisto tiende una emboscada a Agamenón en un salón de fiestas.
Otras versiones dicen que, durante un encuentro entre Clitemnestra y Agamenón, esta lo asesinaría en el baño después de atraparle con una manta.
De cualquier manera, el final de Agamenón es igual de trágico y es su primo Egisto el que vuelve a reclamar el trono de Micenas.