Mucho antes del surgimiento de los olímpicos, las figuras titánicas, una raza de deidades que nacieron del Caos, gobernaban el mundo.
Uno de ellos, cuya historia se ha perdido en las arenas del tiempo es Perses, un dios titán de segunda generación y que encarna el rol del dios de la destrucción.
El papel del dios Perses en la mitología griega
El dios Perses representa la devastación y el desorden que puede provocar la guerra, como es la aniquilación de tierras y vidas en el proceso.
Por desgracia, la información sobre Perses es bastante escasa en la mitología puesto que no desempeñó un papel importante a pesar de su importancia para los antiguos griegos.
Curiosamente, sólo se le menciona brevemente en poemas y textos, y la mayor parte de la información procede de la Teogonía de Hesíodo.
Perses se menciona también en los Himnos homéricos y en las obras de Apolodoro.
La familia y los descendientes del dios Perses
El dios Perses es el hijo de los titanes Crio, el dios de las constelaciones y Euribia, la diosa del dominio de los mares, que procedían de las primeras deidades primordiales.
Juntos dieron a luz a varios dioses titanes como fueron Perses, Pallas y Astraeus. Hay muy poca información sobre la crianza de Perses o su historia personal.
Como muchos Titanes, los griegos no adoraban activamente a Perses. La única vez que los griegos le pedían ayuda era en tiempos de guerra. Pero aparte de eso, Perses no tenía templos, santuarios o cultos.
Representaciones del dios Perses
Al igual que con sus mitos, existen pocas representaciones artísticas de Perses a lo largo de la historia. A diferencia de los doce olímpicos, Perses y otros titanes no tuvieron muchas pinturas, esculturas o cerámicas.
Como resultado, los artistas modernos se han tomado muchas libertades creativas con la apariencia del dios.
Generalmente, el dios de la destrucción Perses es mostrado como una fuerza destructiva en medio de la guerra. Como muchos otros titanes, Perses suele ser representado como un gigante entre los hombres.
El titán Crio y sus tres hijos tienen una fuerte conexión con un grupo de constelaciones estelares interconectadas que tienen cualidades animales. De hecho, podemos encontrar al dios Perses adoptando la forma de un can.
Sus hermanos Pallas y Astraeus tenían la forma de un gigante con aspecto de cabra y de un equino, respectivamente. Su padre Crio, era un carnero.
Simbolismo del dios Perses
El hijo del Titán Crio era la personificación de la destrucción. Era una deidad violenta y agresiva que representaba todos los aspectos más oscuros de la guerra.
El dios Perses es uno de los muchos dioses de la guerra. Aunque no es tan famoso como el dios del olimpo, Ares, ciertamente dejó su huella.
Perses tenía la reputación de su sed de sangre. Los antiguos griegos lo conocían como “El Destructor” que acompañaba a los soldados en el fragor de la batalla para conquistar naciones.
Le gustaban las batallas caóticas y se deleitaba con la violencia resultante. Como se ha mencionado anteriormente, el dios Perses no tenía un culto de templos dedicados a su honor, pero eso no impidió que los griegos rezaran por su favor.
Según Hesíodo, el dios Perses también era un maestro de la estrategia y se decía que tenía una sabiduría que le permitía ganar batallas, aunque las probabilidades estuvieran en su contra.
El dios Perses también tenía una extraña faceta como dios de la paz
El titan era particularmente hábil con la estrategia militar y además, también tenía una sabiduría que superaba a todos los hombres.
Curiosamente, algunas versiones de la historia de Perses dicen que no sólo se centraba en la destrucción.
Algunos estudiosos creen que Perses era el dios tanto de la destrucción como de la paz. La razón es que en la antigua Grecia la guerra era constante y por ello, muchos se dirigían a Perses para algo más que el éxito durante la guerra: Pedían un rápido final de la batalla para poder disfrutar de la paz posterior.
Por eso, aunque la pausa fuera breve, muchos veían al dios Perses como un símbolo de lo que venía después de la resolución de los conflictos.
La familia del dios Perses según la mitología griega
El dios titán Perses se casó con Asteria, una diosa titán nacida de Coeus y Phoebe que era una habitante inmortal del Olimpo y una diosa oscura de la nigromancia.
Asteria era conocida por practicar la brujería y comunicarse con los muertos y según la leyenda, también predecía el futuro.
La unión de la diosa de la nigromancia y el dios de la destrucción dio como resultado una descendiente muy poderosa: Hécate, la diosa griega de los espectros mágicos y la brujería.
Hécate es sin duda más conocida que sus padres puesto que su dominio se extendía más allá de la Tierra cubriendo tanto los cielos como el infierno.
Confusión del dios titán Perses con el rey Perses
El dios titán Perses se confunde a menudo con el rey Perses de Cólquida y esto es debido a que no hay mucha información sobre el Titán, haciendo que algunos elementos de las historias de las dos figuras se superpongan.
El Titán Perses no tiene mucha relevancia en la mitología griega, pero es importante para la historia y la tradición de la antigua religión puesto que fue uno de los primeros dioses de la guerra que existieron.
Como Titán de segunda generación es una deidad temprana que existió mucho antes del levantamiento de los Olímpicos. Ayudó a los antiguos griegos a crear un camino de destrucción durante la guerra antes de que Ares o Atenea entraran en escena.
Exhibe la naturaleza primordial de los guerreros y una interminable lujuria por la sangre. El dios también representaba los poderes de la guerra para bien o para mal.
¿Qué pasó con el dios Perses en la mitología?
Cuando los Titanes finalmente cayeron ante Zeus y los Olímpicos, lo cierto es que las historias no mencionan cómo le fue a Perses en la Titanomaquia.
Si participó o no en la gran guerra es algo que se debate, pero lo que sí saben los estudiosos es que no figura entre los Titanes que fueron desterrados al Tártaro.
Por ello, la mayoría asume que la figura se desvaneció en la oscuridad o sirvió al pueblo de Grecia de alguna otra manera. No aparece en historias posteriores, lo que refuerza la idea de que otros dioses griegos, como Ares, asumieron su papel.